SILVESTRE REVUELTAS (1899-1940)
BATIK; para Flauta, Dos Clarinetes & Cuerdas (1926)
Si bien antes de escribir esta pieza ya se había ejercitado e involucrado en el difícil arte de la composición musical, cierto es que con BATIK se inaugura formalmente el catálogo de obras de SILVESTRE REVUELTAS, músico que a sus 25 años de edad era un bien facultado virtuoso del Violín, su instrumento, pero que se iniciaba tarde en la carrera compositiva; no obstante Revueltas construyó en un lapso no mayor de 3 lustros (hasta 1940, año de su muerte) una sólida trayectoria artística de distintos perfiles e intensidades (Solista, Catedrático, Director de Orquesta, y Compositor) cuyo ascenso meteórico y para mayor gloria de Nuestro Arte Musical Mexicano, la producción de Revueltas más que modernista (e irreductible al insípido carnavalesco Nacionalismo estatal) fue de tal envergadura que su genio creativo lo coloca como uno de los más destacados maestros compositores de todo el continente americano durante el siglo XX.
Escrita en 1926 mientras Revueltas residía y trabaja en San Antonio, Texas; alude el estampado plástico (Batik) a una técnica de teñido de telas de origen indonesio (Asia-Pacífico). La mezcla de colores, la ignición del material por distintas capas y la elasticidad del producto, sirvieron de inspiración figurativa para el título de esta obra breve pero concisa. En la misma se colocan ya de manifiesto los aspectos formales que Revueltas mantendrá y desarrollará a la larga en su estilo compositivo (la construcción tripartita: Rápido-Lento-Rápido; disonancias armónicas para resaltar los guiños humorísticos con efectos sarcásticos; dislocación/yuxtaposición rítmica; etc.) La mejor descripción (no exenta de crítica, dada su procedencia) de esta obra revueltiana, sorprendentemente percibida y atinada por Carlos Chávez a través de la siguiente referencia epistolar con el Autor, se expresó de ella en estos términos:
"Al BATIK cámbiale el nombre, por favor. Es una cosa tan bien con un nombre tan mal. Me encanta la firmeza de los ritmos
y la solidez de la construcción; tal vez es demasiado 'sacudido' por la falta de ligaduras en los vientos madera. Es más
musical que todo lo que conozco tuyo; es como 'de una sola pieza', quiero decir con eso la lógica con que se desenvuelve la obra [...] Lo que más me gusta de todo es notar la sinceridad y despreocupación con que está escrita y que las cualidades que hay provienen directamente de tus cualidades personales..."
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